Esto es básicamente de lo que trata esta película, si lo que esperas es la típica historia hollywoodiense sobre cómo alguien ve sus esfuerzos recompensados para al fin triunfar o la empalagosa historia de una pareja que se conoce al salir del súper cuando a ella se le caen las bolsas (de esas marrones sin asas), él le ayuda y entonces sus intensas miradas se cruzan, se enamoran, se casan por todo lo alto y son felices comiendo perdices por siempre jamás... definitivamente esta no es tu película.
Atención: peligro de spoiler!
Esta es la historia de Llewin Davis, un malogrado cantante de folk neoyorquino que por mucho que lo intente, por muchas ganas que le ponga, por mucho talento que tenga... no consigue llegar a nada. Es curioso cómo los hermanos Cohen consiguen que el espectador acabe tocando fondo con el protagonista ya que, al comienzo de la peli, al igual que el propio Davis, tiene esperanzas en que ese chico con mirada triste y con una voz que traspasa, consiga hacer realidad sus sueños.
Cartelería
Lo admito, tengo debilidad por lo retro, y claro, ¿qué aspecto le darías a un cartel que promociona una película ambientada en el Nueva York de los años 60 y que nos cuenta la triste historia de un fracasado cantante de folk? Sin duda, un diseño de lo más acertado.
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